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Felipe González, Alfonso Guerra y las comparaciones perversas

Se cierne sobre Venezuela la opción armada, así lo ha hecho saber el propio Donald Trump, presidente de los Estados Unidos. Él dijo a la prensa no descartar ninguna opción para derrocar al presidente constitucional de la República Bolivariana de Venezuela, Nicolás Maduro. Sin duda, son horas de mucha tensión entre los países que a toda costa proponen el diálogo contra la intervención armada.

Todo lo que leemos en artículos de periodísticos o vemos en la televisión, como opiniones, entrevistas y noticias sobre la situación en Venezuela es preciso entenderla en su contexto, los intereses que defienden los que hablan o escriben aún sin expresarlo a las claras.

Las comparaciones son odiosas, sin embargo considero que algunas comparaciones son perversas. Hay algunos otrora referentes del “socialismo” en España, que se han atrevido a comparar al presidente Nicolás Maduro con el dictador fascista Augusto Pinochet.

Felipe González expresó ante la prensa que visitó a dos condenados por la dictadura de Pinochet, que salieron después, en pleno estado de sitio. “Pues el estado de sitio del Chile de Pinochet respetaba mucho más los derechos humanos que el paraíso de paz y prosperidad de Maduro”, expresó González quien omitió mencionar que durante la dictadura de Pinochet hubo un plan sistemático de torturas, muertos y desaparición de personas. Aproximadamente 40.000 fueron las víctimas que la Comisión Valech logró identificar tras una exhaustiva investigación en la dictadura chilena entre 1973 y 1990.

Todo preso es político, dicen Patricio Rey y Los Redonditos de Ricota, una banda de rock argentino en una de sus obras fundamentales del Indio Solari y compañía, que es una gran crítica al sistema de propiedad privada. Sin embargo, los medios masivos y buena parte del poder político en Occidente analizan con distinta vara las situaciones políticas en cada estado nacional.

Hay varios actores políticos en el mundo que denuncian a Maduro por tener detenidos a personas que fueron encontradas culpables de instigación pública, asociación para delinquir, daños a la propiedad e incendio con relación con los hechos violentos. La pregunta que vale la pena hacernos es ¿Jorge Glas en Ecuador, Milagro Sala en Argentina, los mapuches detenidos en Chile, no son presos políticos?

El exvicepresidente español Alfonso Guerra también tuvo la osadía de comparar al dictador chileno Pinochet con Maduro. Guerra sostuvo que Venezuela está sufriendo una dictadura además incompetente porque todo el mundo sabe que las dictaduras liquidan la libertad de los pueblos pero al menos tienen la eficacia en el terreno económico. La frase de Alfonso Guerra refleja en gran parte el mito que recorre el sur de América que la dictadura de Pinochet es la que puso a Chile como modelo de crecimiento y estabilidad económica en Sudamérica.

Cabe destacar que el Chile de la década de los años 60 gozaba de un excelente sistema educativo y de salud, con un Estado fuerte impulsor de la economía y moderador en las desigualdades, tal vez por eso logra Salvador Allende acceder al gobierno, siendo el primer socialista que llega al gobierno por los votos del pueblo y no por una revolución.

El plan que desarrolló Pinochet para la economía chilena tras el golpe de estado y asesinato de Allende, fue impuesto por Milton Friedman y los Chicago Boys aplicando el desmantelamiento del aparato estatal, reduciendo significativamente las regulaciones financieras y comerciales.

Las medidas de la llamada apertura de mercado desencadenó un proceso de desindustrialización, multiplicó el desempleo, los salarios cayeron hasta un 40 % en su poder adquisitivo, y el producto bruto interno cayó un 12 % datos  de los primeros años de las medidas de los Chicago Boys. En 1982 Chile tuvo su peor crisis económica en su historia con un Producto Bruto Interno en cifras negativas (-14, 1 PBI y 25 % de cesantías) solo comparable a la crisis de 1929 que fue una debacle mundial.

Valía la pena este resumen apretado y sintético de la economía chilena en los años 70 y 80, para desterrar el mito del milagro chileno. Un relato que construyeron desde la Universidad de Chicago y Washington acompañados -para asentar socialmente el guión- desde los medios masivos de comunicación en América Latina.

Es preciso transmitirle a Alfonso Guerra que no hay hubo plan económico que haya beneficiado a la población en general por ninguna de las dictaduras militares del Cono Sur.

La grave situación económica que vive Venezuela puede responder en cierta medida a errores propios desde las decisiones gubernamentales, pero somos conscientes de que, en gran medida fue provocada para desestabilizar al gobierno de Hugo Chávez y el de Maduro en la actualidad. Se han conjurado empresarios locales y el gobierno de Estados Unidos y sus aliados de la Unión Europea, con sanciones y bloqueo comercial para ahogar la economía venezolana.

La Revolución Bolivariana desde Chávez hasta acá ha tenido grandes aciertos, errores, contradicciones, avances y dificultades, pero ha logrado mejorar y dotar de derechos a los sectores más sumergidos de Venezuela. Todo ello gracias a un reparto más equitativo de la renta petrolera, y del poder real.

La expresión imperialista de Estados Unidos ha sido poner fin a tal reparto. Entienden que es tiempo de maximizar las ganancias de sus empresas. Hay en el actual contexto quienes se suman irresponsablemente a construir el relato de un monstruo que justifique la destitución de Maduro y el fin de la Revolución bolivariana, a esta altura ya podemos decir, que cueste lo que cueste.