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Las elecciones seccionales como el fin de la traición neoliberal de Lenín Moreno

Vale, es verdad. En las elecciones seccionales del próximo mes de marzo de 2019 no se decide el futuro del presidente Lenín Moreno, pero al pueblo que se levanta no se le puede contener expresándole que como no son elecciones presidenciales, se esperen un par de años más para expresar la pasión revolucionaria que recorre sus venas.

Como he expresado en anteriores ocasiones, la política no puede ser vista de manera lineal y simple, porque lleva a análisis equivocados que solo señalan hacia un lugar: la derrota. Que en unas elecciones no esté en juego un determinado cargo de elección popular, no significa que no se pueda producir un desborde popular que arrase con todo.

Ejemplos de estas situaciones hay muchos, pero me gustaría detenerme en uno en especial por las coincidencias con la situación actual de Ecuador. El 12 de abril de 1931 se celebraron en España elecciones municipales (como las seccionales en Ecuador) para escoger a los concejales de los Ayuntamientos, y tan solo dos días más tarde se proclamó la II República, comenzó un proceso constituyente que produjo un avance social que fue espejo para la izquierda mundial, según palabras de líderes históricos como Fidel Castro y Hugo Chávez, quién alzó la bandera de la II República española durante la celebración en Venezuela del Festival Mundial de la Juventud y los Estudiantes en 2006.

Al igual que en las elecciones seccionales de Ecuador, en las elecciones municipales en España no se puso en duda el poder ejecutivo de manera oficial, ya que las papeletas no dieron opción a ello. Sin embargo, al igual que en Ecuador, en aquella España la sociedad estaba harta de sufrir las consecuencias de la corrupción y el sistema económico capitalista, por lo que votaron de manera masiva por candidatos republicanos, que en Ecuador son los que se identifican con la Revolución Ciudadana de Rafael Correa.

Al conocerse los resultados, cientos de miles de personas salieron a las calles a celebrar la victoria -los republicanos ganaron en 41 capitales de provincia frente a las 9 que consiguieron los monárquicos- republicana y a exigir la salida del rey Alfonso XIII, cosa que consiguieron de manera inmediata.

Vemos pues que en Ecuador hay muchos paralelismos con la situación que aconteció en España durante el mes de abril de 1931. El anuncio del paquetazo de Lenín Moreno ha prendido la llama de la movilización, precisamente una de las claves que consiguieron la victoria de la izquierda española frente al régimen que los oprimía.

Si los cuadros políticos de la Revolución Ciudadana son capaces de mantener en el tiempo la movilización que hoy mismo comienza, y hacerla crecer hasta que sea imparable por parte de las fuerzas de seguridad del Estado, las elecciones seccionales de 2019, de obtener una victoria aplastante por parte del pueblo que sigue considerando a Rafael Correa como el mejor presidente de la historia reciente de Ecuador, podrían replicar el éxito cosechado por los republicanos españoles en 1931.

El ejemplo de los pueblos teje el hilo rojo de la historia que mantiene hermanados a los que luchan contra la oligarquía a lo largo del Mundo. El pueblo de Ecuador debe aprender de la táctica de los trabajadores, de las mujeres, de los campesinos y de los estudiantes españoles, cuya estrategia hizo caer a un régimen monárquico asentado durante varios siglos, en unas condiciones y contexto muy similar al que hoy viven los ecuatorianos.