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El Presidente López Obrador y el reto de transformar México

El presidente Andrés Manuel López Obrador (AMLO) tiene en sus manos el mayor reto de su vida: transformar México. Se posesionó hace apenas solo 5 meses y ya el país ha dado un giro de 180 grados. Sin embargo, hay desafíos y obstáculos cuya complejidad pareciera que dista mucho de la buena intención del presidente; no obstante, a pesar de eso, él se muestra bastante optimista y motivado como para conseguirlo.

La lucha contra el robo de combustible

La primera política que aplicó fue una lucha frontal contra el robo de combustible (conocido coloquialmente como “huachicoleo”). Para esto tomó 3 iniciativas claves:

  • Cerraron las llaves de los 4 principales ductos que abastecían de combustibles  a diez estados.
  • Se movilizaron miles de marinos y policías para vigilar los ductos.
  • Se iniciaron investigaciones a empresas que comerciaban combustible robado y se metió presos a funcionarios corruptos.

Al inicio el efecto fue un grave desabastecimiento de combustible en algunos estados, lo que generó cierta incertidumbre en la población mexicana y caldo de cultivo para la oposición y la prensa.

No obstante, muchísima gente apoyó esta iniciativa, y hoy luego de un arduo trabajo, el desabastecimiento prácticamente ha desaparecido y se ha logrado disminuir el número de pérdidas.

Mientras en diciembre de 2018, mes en que se posesionó el presidente Lopez Obrador, se perdían 56.000 barriles de gasolina y diésel por día, a febrero de 2019 oscila alrededor de los 8000 barriles.

Las conferencias mañaneras

Otro punto fuerte a destacar son sus conferencias de prensa conocidas como “las mañaneras”, cuando cada mañana a las 7 am mantiene al país informado de lo que el gobierno hace. Aquí participan también sus funcionarios y al final hay un espacio para las preguntas de los periodistas. Esto no sería posible de lograr sin un aparato de comunicación bastante efectivo, puesto que, no solo deja entrever su opción por la transparencia gubernamental en la rendición de cuentas, sino que la agenda política diaria la determina él y no los medios mercantiles.

Los programas sociales

Por otro lado ha puesto mucho énfasis en los programas sociales: entre ellas destacan el bono para el adulto mayor y para los discapacitados, y becas universitarias. Y como no podía faltar, esto también lo ha criticado la oposición diciendo que es dinero botado a la basura.

La violencia e inseguridad

Los puntos más débiles del gobierno sin duda son la inseguridad y la violencia. Para AMLO, aquí yace la base de cualquier reto por transformar México. Solo en 2018 se produjeron 33.341 asesinatos. La violencia es quizá el problema medular del país. Ante esto el gobierno ha propuesto algunas medidas, entre ellas la creación de una Guardia Nacional, un ente conformado por personal militar, naval y federal.

Además, elaboró una comisión de la verdad para investigar algunos casos graves de violación a los derechos humanos, como la extraña desaparición de los 43 estudiantes en Ayotzinapa.

Las cifras de violencia son el argumento de sus críticos: la prensa y la oposición esperan que a 5 meses de gobierno haya cambios significativos de una violencia cuyas causas y consecuencias no se pueden solucionar de la noche a la mañana sino con un proyecto y proceso a largo plazo. Los adversarios de AMLO demandan soluciones rápidas. Pero no se puede arreglar en 5 meses un país que ellos mismo han destrozado en más de 30 años.

La economía

En el primer trimestre la economía se contrajo a 0.2 respecto al cuarto trimestre de 2018; no obstante, el peso no se ha depreciado, la bolsa mexicana de valores se ha mantenido y la inflación no ha subido. Además, algunas empresas como Nestlé, Pepsico, Coca Cola y la agencia BlackRock han ofrecido invertir en el país.

López Obrador también apuesta todo al petróleo. A través de Pemex (empresa pública Petróleos de México), construirá la refinería en el puerto de “Dos bocas”, Tabasco. La idea es potenciar las refinerías existentes, aumentar la producción de gasolina, y reducir la importación de combustible que representa el 70% del consumo mexicano. Además, se pretende aumentar la inversión pública de Pemex, para la exploración de nuevos yacimientos.

El presidente anunció este lunes que se consiguió un crédito de 8.000 millones de dólares para financiar la deuda de la petrolera estatal. Los recursos serán aportados por JP Morgan, HSBC y Mizuho.

Esto ha sido un golpe duro para la derecha neoliberal, pues esperaban que Pemex fuera privatizada, y con esto llenar los bolsillos de supuestos inversionistas, pero AMLO ha preferido rescatarla no para unos pocos personajes privados, sino para todo el país.

Relaciones con Venezuela y Estados Unidos

En relación a su política internacional, se ha mantenido bastante cauteloso con su discurso. Esto ha generado críticas de la prensa y la oposición, quienes presionan y exigen del presidente firmeza y no neutralidad.

En la situación de Venezuela, por ejemplo, AMLO no ha tomado partido a favor de EEUU ni los demás países del grupo de Lima. Reconoció a Nicolás Maduro como presidente elegido democráticamente y junto a Uruguay ha solicitado una solución pacífica y democrática sin injerencia en los asuntos internos del país bolivariano.

En cuanto a las relaciones con Estados Unidos, ha tratado de eludir el conflicto manteniendo la cordialidad y un estilo no reactivo, en su alocución hace énfasis en la “paz y el amor”. Y aunque la prensa lo presione para que emita algún criterio, AMLO con astucia da respuestas tangenciales con el fin de mantener la diplomacia antes que la confrontación.

La oposición y la prensa

AMLO, en su camino y reto por transformar México tiene obstáculos que enfrentar. No tiene una oposición seria, que desde la crítica sensata, apoyara transformar el país. La derecha en México, como en muchos lugares, no deja de ser lo que siempre ha sido: golpista, primitiva, sin ética y por supuesto agresiva. Se opone a todo y no da ninguna solución. El presidente no ha dudado en confrontarlos y llamarlos “hipócritas“, puesto que ellos han sido los grandes saqueadores y responsables de la realidad de México.

Ya hicieron una marcha en contra de las medidas en contra del gobierno, sin embargo, no ha tenido el suficiente respaldo. La derecha mexicana vive en la queja y en la crítica acéfala. Todo aquello que en 30 años no pudieron hacer, el presidente lo está consiguiendo en menos de 6 meses.

El mecanismo comunicacional de las mañaneras le ha llevado también a confrontar varias veces con la prensa a las que ha etiquetado  de prensa “fifí” y “periodistas chayoteros”. Es plausible que, al igual que otros presidentes de izquierda en Latinoamérica, AMLO también confronte a la prensa sin miedos y con la verdad.

No se puede ceder ni un solo milímetro ante el poder mediático, puesto que son los grandes generadores de opinión pública, y que si no se los confronta con argumentos veraces, esto puede traer serias consecuencias a nivel político.

La popularidad de AMLO

A día de hoy el presidente cuenta con una popularidad entre el 64 y el 80% de los mexicanos. La respuesta a tan buenas cifras de respaldo popular obedecen a que él desde un inició marcó una forma muy particular de gobernar.

Es muy cercano al pueblo, al que no duda en saludar de cerca en sus recorridos semanales por diferentes estados del país, en donde come junto a gente sencilla. Además, intenta diferenciarse de sus antecesores bajo los criterios de austeridad y honestidad.

Por ejemplo: viaja en avión comercial (el lujoso avión presidencial lo vendió) y no duda ni un momento en tomarse selfies con los pasajeros. Se moviliza en un auto modesto. No vive en Los Pinos (casa presidencial), sino en una modesta casa a varios kilómetros de allí. Los Pinos fue abierto al público a manera de museo.

A esto se añade el haberles quitado la pensión que recibían como expresidentes. Lo que se ha quedado marcado en la gente que durante mucho tiempo vio el despilfarro y la vida de lujo de los gobiernos de derecha.