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Julián Caballero Vacas, el maqui del Barranco de Huesa

Villaviciosa de Córdoba es un municipio andaluz en pleno corazón de Sierra Morena. En sus confines operaba un maqui llamado Julián Caballero Vacas, apodado “El Bigotes”. En los tiempos antes de la Guerra Civil Española militó en el PCE. Durante poco tiempo, con el triunfo del Frente Popular, ejerció de alcalde en este municipio.

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Tras el fin de la guerra, Julián formaría una partida, con miembros itinerantes, de los cuales los más fijos y conocidos fueron:

  • María Josefa López Garrido, expresidenta de las Mujeres Antifascistas y maestra.
  • Melchor Ranchal Risquer, experimentado guerrillero desde 1945 en la capital cordobesa.
  • Librado Pérez, practicante.
  • Ángel Moreno, tabernero con un amplio historial de albergar reuniones de opositores a la dictadura.

Su período de actividad estuvo marcado por las dificultades del terreno. A pesar de conocer bien la sierra, “El Bigotes”, los crudos inviernos y más calurosos veranos no hacían de su actividad un cometido fácil. Sin embargo, esta zona rural estaba lo bastante poblada para permitir tejer una amplia red de contactos con los ganaderos locales. Por supuesto, el terreno agreste y escarpado, con numerosos escondrijos le facilitó escapar de las continuas batidas de la Guardia Civil.

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El contacto con las gentes del lugar era algo natural. Decenas de personas habían sido asesinadas en el norte de Córdoba por presunta colaboración con el bando republicano tras el fin de la guerra.

Uno de sus escondites favoritos era la Cueva del Fato, entre dos fincas, de difícil acceso y con muy buena visibilidad para detectar elementos enemigos. Allí contaban con la complicidad de una de las familias locales, los Cobo Reina.

En estos parajes se establecía el Estado Mayor de la Tercera Agrupación Guerrillera de Sierra Morena. Dada la intachable trayectoria de Julián y su banda, se le ofrecieron puestos de responsabilidad dentro de la misma desde el año 46.

En junio de 1947 se detuvo y torturó al maqui conocido como “El Corchete”. A resultas de este “interrogatorio”, se le consiguió arrancar la ubicación del grupo.

El día 11 el capitán falangista Tamayo creó un cerco con entre 50 y 100 soldados y sorprendieron al Estado Mayor. Se cebaron con todas las guerrilleras y las mataron una a una, despacio. Julián y María Josefa se suicidaron antes de caer en las manos de las tropas franquistas. La familia Cobo Reina sufrió la misma suerte, por su implicación con los maquis.

Los testimonios que se recogen del momento hablan de gritos interminables hasta el alba, cuando los cadáveres pasaron flotando por el río, uno a uno.

 

Los cadáveres de la banda de “El Bigotes” fueron llevados a la banda del pueblo, vejados por los adeptos al régimen y expuestos públicamente durante días.

Melchor Ranchal y Librado Pérez fueron enterrados en el cementerio municipal. Del resto, nunca se supo qué hicieron con sus cuerpos.

La ruta del Barranco de la Huesa es actualmente y desde 2014, Lugar de Memoria Histórica de Andalucía. De hecho, se trata del primer lugar donde se colocó el ya clásico monolito que señaliza estos lugares.