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De Chagall a Malévich: el arte en revolución (I)

Muchas gracias a la Fundación MAPFRE.

MAPFRE; fueron una muy digna competencia por su buen hacer asegurador durante mi anterior actividad profesional como responsable del ramo de Automóviles de una conocida compañía de seguros, y reconozco que incluso en esa época seguí con sana envidia (y cierta devoción) la encomiable labor, año tras año, de su fundación.

Otro tanto cabría decir de la Juan March, aunque esta encomiable fundación, por otra parte creo yo, tiene también ante sí la ardua tarea  de expiar poco a poco sus oscuros orígenes como banqueros y financieros del golpe de estado que subvirtió el orden y los valores democráticos en nuestro país. Pero fuerza es reconocer y también es digna de alabar, la enorme labor cultural que desde hace muchos años vienen desarrollando en su propia fundación.

Y vamos ya con la exposición.

Lo primero, sin hacerme pesado, indicar que los artistas rusos no solo no quedaron al margen de la reacción surgida en los albores del siglo XX contra el academicismo imperante, sino que antes al contrario, no es una exageración decir que en la práctica, y al calor de las ideas que germinaron en la gloriosa revolución, estos artistas constituían en mi modesta opinión algo así como “la vanguardia de las vanguardias”.

Y sufriremos con ellos cuando percibamos en sus obras la decepción, no ya por ver como la Revolución de octubre no alumbra exactamente el mundo que esperaban, sino también como, conforme se va imponiendo el totalitarismo, no ya es que no se recojan adecuadamente sus ilusionantes postulados, sino que la tendencia a la uniformidad y el mal entendido afán por proteger la salud mental del pueblo crea una uniformidad y una falta de imaginación de la que solo Deineka (ausente en esta exposición, ni como referencia), y unos pocos mas se salvan.

Acompáñenme.

Aristarj Lentulov

La catedral de San Basilio

Iglesia

Kazimir Malévich

Bodegón (que nos recuerda a Cezanne)

El autorretrato del genio

La segadora

Pintura esta para mi muy especial, y con la que me he vuelto a encontrar al cabo de los años, desde una gloriosa y recordada exposición del Reina Sofía, en la cual esta obra me subyugó.

Y no sabría explicar muy bien por qué me sentí unido a esta mujer, si por su voluntariamente forzada postura, por su determinación adivinada, por su mirada ausente y perdida, o por el hecho de estar casi encajada, atrapada, diría yo, en el cuadro. O tal vez porque sí, o quizás precisamente por todo ello. Entiendo que nunca se debe pontificar sobre una obra de arte, y esa es en definitiva su grandeza; te gusta o no te gusta. Y ya está.

Y eso es lo que me llevó, con mejor o peor fortuna, a intentar recrearla en algunas ocasiones. He de confesar que soy un muy mal pintor aficionado, y precisamente por ello el amor, la admiración que siento por la pintura y el poco conocimiento que he podido ir adquiriendo con los años me hizo comprender desde que realicé mi primer intento, que poco o nada podía yo aportar a este arte al cual adoro.

La mejor versión de esta Segadora de Pablo por Malévich (jamás he podido comprender el porqué de que en el mundo artístico las copias se denominen así), se encuentra en París en casa de mi cuñada. Pero esta creo que tampoco me salió muy mal del todo.

Juzguen ustedes, les ruego sean benévolos, y por favor perdónenme el personalismo, pero las tentaciones son así, confieso que no me he podido resistir (y sé de sobra que pierdo en todo). Espero lo entiendan (y de nuevo disculpen mi osadía).

Solamente un poco más optimista si que parezco, la verdad. El pobre Malévich debería estar ya un tanto deprimido y bastante quemado por tener que verse obligado a amoldarse a la línea artística marcada por el Partido.

El compañero segador, casi cubista. Demasiado frío, incluso metálico, como un robot. Creo yo.

Iliá Mashkov

Modelos desnudos

Nadiezhda Udaltsova

Restaurante (construcción cubista)

Tal parece un Braque o un Picasso, de la época en que el mayor genio del siglo XX experimentó o ayudó a crear esta tendencia, que, como en todas en las que fue precursor, fue además el mejor.

Vladimir Baranov-Rossiné

Autoretrato

Liubov Popova

Quizás la mas polifacética e interesante de las mujeres que formaron una parte muy importante de la vanguardia rusa.

Hombre+aire+espacio

Natalia Goncharova

Otra interesantísima mujer.

Reparen en su interesantísimo análisis de las formas para intentar captar el movimiento, o más concretamente la sensación en sí de movimiento.

Cubofuturismo y rayonismo

Natalia Goncharova y Liubov Popova habían aprendido en París en 1912-13.

La vanguardia en la investigación, la importancia relevante del diseño gráfico, el dinamismo moderno, el desarrollo fabril, la inquietud por los colores, los materiales, su textura, su colocación…las primeras contradicciones entre la creatividad y el fervor político.

“La organización de los elementos de la producción artística debe volver a la puesta en forma de los elementos materiales de la vida, es decir, hacia la industria, hacia lo que llamamos la producción”.

Fue un hito, junto con Aleksandr Ródchenko, su exposición 5×5=25 en Moscú. ​

Popova

Construcción

Camino a la abstracción

Kandinsky

Quizás el único pintor que se saltó la etapa cubista para llegar a la abstracción. Otro genio, que tuvo que marchar al extranjero, como Chagall, encontrando en Murnau (recordar la creación del Jinete Azul), terreno idóneo para desarrollarse y seguir manteniendo su genial evolución.

Chagall

El espejo

Estudio para la Introducción al teatro judío. Hombre meando

La semana próxima seguimos con el suprematismo, el constructivismo, y otras tendencias que se vieron bruscamente frenadas por la tendencia oficialista del Realismo Socialista, por decirlo de alguna manera.

Aunque ausentes de la exposición, no me resisto a concluir este reportaje sin incluir en el mismo una pequeña muestra/homenaje, fotografiado con todo el cariño y el respeto posible al gran, al grandísimo Deineka, del que más arriba les hablaba.

Y espero y deseo que nadie se enfade ni nos regañe o se sienta ofendido por permitirnos la licencia de copiar sin ánimo de lucro, artesanalmente y con tanto amor estas bellas imágenes, que reflejan la alegría del pueblo por haber vencido en su justa Revolución.

Nuestro agradecimiento a la Madre Rusia, en estas fechas tan entrañablemente republicanas por haber ayudado y apoyado a nuestra querida República en una época tan convulsa.

Deineka

Increíble

Un personaje único, inclasificable, que viajó en varias ocasiones a los EE.UU, y al que Stalin jamás puso a ello el menor impedimento, sabedor y perfectamente consciente de que por mucho que le ofreciesen, la lealtad, la coherencia, la bonhomía, de Deineka, jamás flaquearía, por mucho que el capitalismo le ofreciese.

Creo que no exageramos, es difícil pintar con más cariño, más amor y más respeto al pueblo soviético:

Aquí pintó un supuesto viaje soñado nada menos que con Lenin.

Un pueblo unido, triunfante y feliz.

El orgullo y la absoluta igualdad de la mujer trabajadora

La alegría de poder inaugurar una pequeña central eléctrica.

El tipo además, era un cachondo; a sus cincuenta años se autorretrató de esta guisa como boxeador.

Me sentiría realizado si me consideráis haber sido capaz de haceros ver la progresiva diferencia entre ambas tendencias.

Pero, ¡ojo!, se puede preferir una u otra, pero intentad por favor consideradlas igual de respetables.

Nuestra felicitación, extensiva a Jean-Louis Prat, comisario de esta magnífica exposición.

Delenda est Moscardó.